¿SALUD INTEGRAL? ¿CÓMO CUIDARLA?
La OMS define la salud como: “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Aunque en muchas ocasiones se habla de salud mental y/o física, en realidad, la salud es un estado que engloba estas dimensiones y otras, como la dimensión social o la espiritual o trascendente.
No es real que exista una salud física, una mental, etc., separadas la una de la otra. Por ejemplo, alguien que tiene un trastorno de ansiedad, más allá de tener un problema a nivel “psicológico” también tendrá problemas a nivel fisiológico, ya que es habitual que se produzcan alteraciones del pulso cardíaco, la respiración, las sensaciones físicas, pudiendo producirse molestias en zonas concretas del cuerpo como opresión en el pecho, etc. A su vez, alguien que tenga una dolencia o enfermedad física que se prolongue en el tiempo puede acabar desarrollando síntomas depresivos, ansiosos, etc. Así pues, las diferentes dimensiones que configuran lo que llamamos salud, es decir la salud física, la mental o psicoemocional, la social, etc., están interrelacionadas y se autoinfluyen.
Partiendo de esta base, me gustaría introducir el concepto salud integral. Con este concepto me refiero a la salud como un todo que incluye al menos las dimensiones física, psicologica/mental, social y espiritual. Desde las perspectiva de las psicoterapias humanistas se considera a la salud como algo que no se puede dividir en categorías estancadas, salud vs enfermedad, sino que se concibe la salud como un continuo (una línea que uno dos extremos), donde en ambos extremos se podría ubicar cada una de estás dos polaridades. Así pues, entre la salud o el bienestar absoluto y la no salud y el malestar absoluto hay una gran gama de posibilidades donde uno se va moviendo durante su vida, siendo salud y enfermedad situaciones dinámicas y cambiantes.
Por lo tanto, cuando alguien me pregunta como puede cuidar su salud, le diría que tenga en cuenta al menos las dimensiones comentadas, teniendo en cuenta que si solo se centre en una dimensión la mesa estará coja y caerá. No obstante, atenderemos cada dimensión por separado, aunque formen un conjunto global:
¿Cómo cuidar la salud física? En el caso de los adultos es importante dormir al menos 7 horas. También importante tener una dieta sana y equilibrada, además de realizar actividad física de manera regular y exponerse al sol y al aire libre. Evitar al máximo un abuso de tóxicos (alcohol y otras drogas, café, etc.),
¿Cómo cuidar la salud psicológica o mental? Evitar situaciones estresantes de manera prolongada, darse espacios para la nutrición propia y el descanso. Desconectar digitalmente y conectar con la naturaleza. Realizar actividades saludable como el deporte, la meditación o la respiración consciente que ayudan a reducir el estrés y fomentar el bienestar. Evitar relaciones/personas tóxicas.
¿Cómo cuidar la salud social? La interacción social es un factor importantísimo para la salud, como han demostrado infinidad de estudios. Más allá de tener relaciones sociales significativas y de calidad, resulta positivo estar implicado en el contexto social y prestar un servició a la comunidad a la cual pertenecemos. Esto no solo facilita nuestra integración social en la comunidad sino que además nos permites establecer redes sociales de autoapoyo y puede favorecer nuestra autoestima al sentirnos útiles socialmente.
¿Cómo cuidar la salud espiritual? Carl Jung, padre de la psicología transpersonal, afirmava que todo ser humano tiene una necesidad de transcendencia, es decir que toda persona necesita sentir que su vida tiene un sentido más allá de lo inmediato. Victor Frankl, observo que un factor clave para el bienestar, y por lo tanto para la salud, era que casa ser humano se centrara en la busqueda de aquello que dota de sentido su existencia. Así pues, es importante que cada cual se embarque, si aún no lo ha encontrado, en el viaje para vislumbrar aquello que dota de sentido, significado o transcendencia su existencia. Esto puede ir desde la creación artística, la practica espiritual, la aportación social, la vocación, etc. Preguntate: ¿Qué dota de sentido mi vida? Si no ihay nada, empieza la búsqueda. Si hay algo mantenlo y amplíalo.
Samuel Fernández
Terapeuta