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LA FUERZA DEL VÍNCULO SISTÉMICO Y SU INFLUENCIA EN TU VIDA

¿Sabías que el vínculo sistémico no necesita de una relación para existir?

 

¿Sabías que después de leer este artículo puede que entiendas por qué repites patrones

familiares?

 

Y, ahora, tu cabeza dice…. ¿Pero de qué me estás hablando, Laura? Te cuento.

 

Para comprender el concepto de vínculo sistémico, es necesario explicar el concepto de sistema

como un conjunto de elementos o personas que interactúan o han interactuado entre ellos. Por

ejemplo, en una familia (sistema familiar), todas las personas que forman parte de la red familiar

se encuentran unidas y conectadas a través de un hilo invisible que se llama vínculo sistémico.

 

Siempre digo que el vínculo sistémico existe en la vida y en la muerte, tanto si conocemos a

nuestra familia o no, de si convivimos o no…. No entiende ni de espacio ni de tiempo. Así qué,

este vínculo actúa, a menudo inconscientemente, como una fuerza profunda entre los miembros

de la familia o el sistema. ¿Loco verdad?

 

Es importante diferenciar entre vínculo sistémico y relación, porque desde la mirada sistémica no

es lo mismo. El vínculo sistémico es como la información sistémica que circula por un hilo invisible

y une a los diferentes miembros de un sistema. A través de él se da el amor, los valores de la

familia, las creencias, las lealtades, los patrones de comportamiento, las repeticiones de

situaciones, las cargas familiares, la conciencia del sistema, etc., que pasan de generación en

generación. El vínculo sistémico no se rompe nunca, es permanente, perdura para siempre.

 

En cambio, una relación sí que se puede romper, pero el vínculo sistémico que ha creado una

relación no. Dicho de otra forma, si un miembro de la familia biológica se va a la otra punta del

océano, su relación con el resto de los miembros de la familia se puede distanciar o perder, pero

seguirá manteniendo el mismo nivel de vínculo sistémico con su familia biológica – lo quiera o no,

le guste o no, los conozca o no -. De ahí la fuerza y la importancia de este tipo de vínculo.

 

El vínculo sistémico, además de unir a la familia, actúa de tal modo que, cuando un miembro de la

familia se desordena (por ejemplo: no ocupa su sitio), el resto del sistema o algún otro miembro

de la familia busca restablecer el equilibrio. Por ejemplo: un papá que no está presente en la

familia porqué trabaja mucho o tiene alguna adicción, el hijo – inconscientemente – ocupa el lugar

de papá para que mamá no se sienta tan sola. Esta situación, tarde o temprano va a crear un

conflicto, que se puede solucionar de diferentes formas: dar lugar al papá a pesar de estar ausente

y/o a los hechos que han ocurrido; reconociendo las identificaciones; o bien devolviendo las

cargas, los secretos, las culpas, etc., a quien le pertenezca de la familia. El trabajo con las

constelaciones familiares, la psicología sistémica y la pedagogía sistémica se encargan de

acompañar estas situaciones enfocándose hacia la solución.

Qué me dices ¿puedes identificar algún patrón, culpa o emoción que cargas y que no es tuya?

 

 

 

 

 

 

Laura Soliva

Consteladora, Pedagoga Sistémica, Terapeuta Sistémica y coordinadora del Área de Pedagogía de ESH

@pedagogia_esh