Una persona decidió participar en una constelación porque creía que los demás tenían un problema con ella. Sin embargo, al enfrentarse a circunstancias personales, se percató de que no se sentía bien consigo misma y atribuía esta incomodidad a otros.
En la constelación se reconoció la influencia significativa que la relación con el entorno tiene con el bienestar general y el funcionamiento del sistema personal. Tanto la persona como el sistema pueden influirse mutuamente en pensamientos, emociones y percepciones.
En ciertas ocasiones, se enfrentó a obstáculos que ella misma creaba, ya sea mediante barreras, límites emocionales o interacciones con los demás. Entonces, se enfatizó la importancia de establecer límites claros y comprender por qué se utilizan, ya que los límites ambiguos pueden generar confusión tanto para la persona como para el resto.
Para establecer límites efectivos, se subrayó la necesidad de reconectar consigo misma y comprender qué se quiere o no se quiere en la vida. Al constelar el sistema que generaba malestar, se pudo cambiar la percepción del problema y encontrar una resolución que transformara el conflicto en algo más ordenado y lleno de emociones positivas.
Carme Tuset Padró
Licenciada en Psicología y facilitadora de constelaciones