La adopción de un niño es un acto de entrega generosa, pero es más difícil de lo que uno se imagina. Cuando unos padres optan por la adopción, tienen que saber que no sólo adoptan a ese hijo sino también a todo su sistema familiar. Los niñ@s adoptados pertenecen a dos o tres sistemas, al biológico, al adoptivo y a veces al institucional.
Heredamos los dones, aptitudes, dificultades y enfermedades de nuestros antepasados. Aunque estemos a mil kilómetros, aunque no conozcamos a nuestros padres biológicos, aunque no nos guste, somos el fruto de nuestra familia. Estamos hechos con las células de todo nuestro sistema familiar biológico.
Para el niñ@ adoptado la pérdida de sus padres y de su familia le causa un dolor profundo. Esta dificultad a menudo se agrava por el hecho de que el niñ@ pasa por un proceso de adopción internacional, que tiene como consecuencia que no sólo pierde a su familia de origen, sino además a su país, su lengua, su cultura…. Asumir estas múltiples pérdidas es difícil.
En las Constelaciones Familiares se muestra que a menudo el niñ@ se encuentra entre dos mundos, anhelando lo perdido en su alma, (porque lo que ya no está, sólo está aparentemente pasado: pues vive dentro de nosotros) y enojado y con rencor a la vez, lo que impide que tome el presente plenamente.
A veces prefiere pasarlo mal, fracasando en la escuela o portándose mal, porque así se explica a sí mismo por qué sus padres le rechazaron. De esta manera lo incomprensible se hace más soportable para el niñ@.
Sólo si consigue asentir a sus padres biológicos, a la institución, a su país de origen, a sus padres adoptivos, a su país de acogida y a su destino; el niño estará libre para mirar hacia delante, encontrar su lugar en el mundo, aceptar su destino tal y como es y así poder tener una buena vida.
Constelar es básicamente configurar, es decir, representar o escenificar el sistema familiar. Eligiendo para ello personas del grupo, que sirven de representantes de los distintos miembros de la familia. A partir de allí se desarrolla un proceso vivencial en el que pueden verse con una claridad asombrosa los profundos lazos de amor y lealtad que hay en la familia, y a donde se dirige el corazón de cada miembro.
Las constelaciones permiten acceder a la información inconsciente del sistema, y así lograr comprensiones claras acerca de las dinámicas e implicaciones familiares, para detectar dónde están los desórdenes y las transgresiones que mantienen los problemas. Y poder favorecer «soluciones» que ordenen el sistema, desenredando los nudos de los vínculos inconscientes y equilibrando nuestras vidas personales, familiares, escolares y profesionales.
CARME TUSET PADRÓ
Formada en Constelaciones Familiares directamente con Bert Hellinger. Formada en Pedagogía Sistémica, Salud Sistémica. Formada en terapia Gestalt. Chamanismo, etc. Licenciada en Psicología. Con más de 35 años de experiencia. Directora de la Formación de Constelaciones Familiares. Fundadora y directora del centro Espacio Sistémico y Humanista.
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